Clasificación Razonada |
Daniel Zuloaga Boneta (Madrid, 1852 - Segovia, 27 de diciembre de 1921) fue ceramista y pintor, considerado uno de los renovadores del arte ceramista en España. Trabajó principalmente desde sus talleres de Madrid y Segovia, pero su obra se extiende por toda la geografía española, y gracias a su participación en distintas exposiciones internacionales, pueden encontrarse piezas suyas en diferentes países de Europa.
Su trabajo se caracterizó por la recuperación de antiguas técnicas ceramísticas, como la cuerda seca, la cuenca y el reflejo metálico, introduciendo los estilos de moda en Europa como el neorrenacentismo y el modernismo.
Por las influencias de su padre, desde muy joven trabajó en el Palacio Real, y tras su formación en Francia, abrió junto a sus hermanos su primer taller, en la Real Fábrica de la Moncloa. Después de trabajar en distintos talleres,. regresó a Segovia, y en 1904 adquirió la iglesia de San Juan de los Caballeros junto con Andrés Pérez de Arrilucea, quien dos años más tarde vendió su parte al artista. El edificio había sido cerrado al culto durante la Desamortización de Mendizábal, y desde su llegada a Segovia fue objeto de deseo de Daniel, un gran amante de las antigüedades, donde en su regreso a la ciudad instalaría su último taller, que mantuvo hasta su muerte, ocurrida en diciembre de 1921. Zuloaga realizó la transformación de la iglesia de San Juan de la ciudad, que había adquirido años antes, y donde instaló su definitivo taller. Sorprende el cuidado que puso el artista en las obras del edificio, que sufrió los mínimos cambios, y respeto con rigurosidad su estructura románica, sin duda por la pasión y entusiasmo que siempre mostró por las antigüedades. El 8 de julio de 1908 encendió por primera vez los hornos de San Juan, y el éxito en los comienzos fue total, hasta el punto que los pedidos le desbordaron a pesar de la amplia plantilla que contrató: además de sus tres hijos (Juan, Esperanza y Teodora), Daniel contó con ocho ayudantes más en plantilla, además de su hija Cándida y su mujer, que fueron las encargadas de llevar la administración y pedidos. Su último año de vida tuvo gran importancia para él, pues vio finalizado uno de sus mayores sueños: finalizaron las obras de su casa de San Juan de los Caballeros. Años antes encargó a su amigo Eladio Laredo, con quien había trabajado en Castro-Urdiales, que habilitase un espacio existente en la nave central de la iglesia, que ya existía en el siglo XVIII. En él construyó varias habitaciones, la cocina y un baño, azulejado con cerámica del taller, que aún se conserva en la iglesia. Tras la muerte de Daniel, sus hijos continuaron con el taller familiar, denominado a partir de entonces "Viuda e hijos de Daniel Zuloaga". Durante los primeros años continuaron trabajando de forma incansable, participando en ferias nacionales e internacionales donde cosecharon importantes premios, pero la Guerra Civil supuso para la familia un periodo de crisis del que jamás se recuperaron. Durante los años 1947 y 1948 trabajaron para la creación de un museo dedicado a la obra de su padre en el taller donde más obras realizó, la iglesia de San Juan de los Caballeros. El 3 de julio de 1949 el museo fue inaugurado, y se nombró directora a Teodora Zuloaga, puesto que ocupó hasta su jubilación. Cándida Zuloaga Estringa fue la única que cedió al Estado su parte de la herencia para la creación del museo, que tras diversos avatares sufridos en el tiempo, continúa abierto al público en la actualidad.
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